Daniel Boyano Sotillo
Colectivo El Huerto del Pozo
Senabria, 16 de marzo de 2016
El oso pardo ha estado siempre presente en las montañas sanabresas, por más que determinados infundios hayan hecho creer que la desaparición del plantígrado se habría producido hacia media-dos del siglo XIX. En realidad, dicha especie ha venido habitando, desde tiempos antiguos hasta la actualidad, una buena porción del macizo galaico-sanabrés; pero, sólo muy recientemente, se ha reconocido su presencia, de manera oficial, aunque las informaciones que se han difundido, a este respecto, señalen que el oso se halla acantonado en el extremo nororiental de la Sierra de la Cabrera. A la luz de las observaciones que hemos venido efectuando desde principios de la década de 1970 hasta hoy, afirmamos que, en el ámbito de Sanabria, nunca se ha extinguido el oso, habiéndose mantenido, en los últimos cuarenta años, una reducida población de dichos plantígrados, pero que, no obstante, permite augurar un futuro relativamente esperanzador, si se adoptasen las medidas pertinentes y adecuadas, sobre todo, la conservación del hábitat, tal como se encuentra en nuestros días (Grande del Brío, 2013).
Tanto los colmeneiros o curmeneirus, como los talameiros, cortinos y cortines han servido de protección para las colmenas de abejas instaladas por los paisanos y paisanas de Sanabria a lo largo de la historia. La abundancia de estas construcciones en la comarca sanabresa indica la importancia de la miel y la cera dentro del mundo rural tradicional, además de la convivencia con animales silvestres como el oso. No hay que olvidar que los osos son animales omnívoros que se alimentan de grandes volúmenes de comida al día, entre sus alimentos está la miel y las larvas de las abejas de las colmenas. La cantidad que van a ser capaces de consumir, depende de la época del año y su lugar de distribución.
Algunas autoras y autores defienden que este tipo de construcciones se relacionan con asentamientos castreños celtas debido a la similitud morfológica y a las técnicas de construcción. En este caso, de esta diversidad de estructuras defensoras de abelleiras (colmenas, colmeas o trobos) y elaboradas con rocas locales, vamos a centrarnos en los colmeneiros o curmeneirus de planta circular, y en especial en cuatro de ellos.
El curmeneiru de Fambriego
Este curmeneiru está situado en la subida a la cascada de Los Vados desde San Ciprián de Sanabria. Se encuentra en la vertiente sur, de los Picos Testeiro, es decir un lugar soleado para favorecer la actividad de las abejas y reducir su mortalidad en el frío invierno.
Esta localización también se debe a la cercanía de plantas de la sierra tan favorable para la elaboración de miel como son las urces con sus abundantes flores, y para tener acceso al agua del río Fambriegu de manera inmediata.
Sus muros, que superan los dos metros y medios en algunos puntos, además de proteger las abelleiras de los osos, también lo hacían de posibles empujones animales domésticos, como las vacas, y de las fuertes rachas de viento que bajaban de la sierra de Cabreira.
El curmeneiru de Cerdillo
El curmeneiru de Cerdillo se emplaza en un robledal, touza o carballeida en excelente grado de conservación y muy próximo al río Trefacio. Aprovecha el desnivel de la ladera, siempre con orientación sur, para elevar su muro, solo en la parte más alta, ahorrándose tiempo y material para su construcción. Este muro en el interior puede llegar a los dos metros de altura.
Según la población de los pueblos próximos de Murias, Cerdillo y Coso se llama oso melero o meleiro a los que le gustaban la miel y por tanto intentan hacerse con alguna abelleira, trasladándola al río Trefacio para ahogar las abejas y así evitar sus picotazos y poder comer la miel sin dificultades.
El colmeneiru de Ribadelago
Este colmeneiru se emplaza entre el cañón del Tera y cañón de Cárdena, próximo al río Cárdena, en las estribaciones de la sierra de Segundeira y a menos de un kilómetro del lago de Sanabria. En el mismo cañón del Tera donde se localiza este colmeneiru podemos encontrar topónimos que hacen referencia a la presencia de este plantígrado en Sanabria, como es el caso del arroyo y turberas de Cova do Osos. Asimismo en dicho cañón las abiellas pueden encontrar flores tanto de plantas de montaña, como de fondo de valle, e incluso algunas de clara tendencia mediterránea.
El colmeneiru, en buen estado de conservación, es de planta ovalada y se mantiene dentro del mismo una estructura en forma de chozo. Está orientado hacia el naciente, de esta forma le da el sol desde primera hora de la mañana, favoreciendo la actividad de las abiellas y reduciendo su mortalidad en invierno.
El Colmeneiro de Hedroso (Fraga de la Osa)
El propio topónimo de fraga o valle de la osa, indica que el oso es un animal común en esta área de la Alta Sanabria, en la vertiente sur de la sierra de Segundeira.
El colmeneiro se emplaza próximo al río Fraga de la Osa y en la actualidad se encuentra en mal estado de conservación y tapizado por la vegetación. Tiene una entrada de metro y medio con un sólido dintel de roca. Dentro del mismo permanecen aún abelleiras, obtenidas de troncos huecos, pero sin enjambres en estos momentos. La fortaleza del muro protector demuestra una construcción capaz de proteger los panales de los osos.
Este cormeneiro, al contrario de los estudiados anteriormente, tiene planta cuadrada y es posible que haya tenido otros usos a lo largo de su historia.
Se emplaza próximo al río Forcadura a 500 metros de las últimas casas del pueblo de Vigo de Sanabria , y esta vez si y como en los casos anteriores, mantiene orientación sur y muros de piedra con cierta anchura y altura, llegando a superar los 2 metros cuando estaba en funcionamiento ya que en la actualidad no se encuentra en buen estado de conservación.
El Curmeneiru de Vega del Castillo
En este caso aparecen cuatro curmeneirus juntos y muy alejados del pueblo de Vega del Castillo, aproximadamente a 5 kilómetros del núcleo habitado.
La principal característica de estos curmeneiros y su forma ovoidal y que, en algunos casos, aprovechan las paredes de roca natural para usarlas como protección.
Su tamaño, aproximadamente, está entre los los 15 metros de largo y 10 de ancho, pero cada uno de los curmeneirus varía.
Pero si hubiera que resaltar algo de estos curmeneirus es que actualmente están en uso ya que la presencia de oso por estos valles en los últimos años ha sido manifiesta.
Las abeyeiras o colmenas que se siguen usando en la actualidad en estos curmeneiros son de corcho de alcornoque. Por un lado, es más ligero, con lo que los apicultores podían mover sus colmenas fácilmente, tanto para extraer la miel como para transportarlas. El corcho es mucho más resistente que la madera ante la humedad, con lo que la durabilidad de las colmenas fabricadas con este material es muy alta. Además, al ser aislante, protege a las abejas tanto del frío como del calor.
El Curmeneiru o el Colmenar de Villarino de Sanabria
Se encuentra aproximadamente a 1 kilómetro de Villarino aguas arriba del propio río Villarino. Es de tamaño medio y planta ovalada y es posible que tuviera varios usos a lo largo de la historia.
En la actualidad se se emplaza en un robledal y se encuentra con alguna de sus paredes caídas pero pudiera ser recuperado.
Todavía hay personas del pueblo de Villarino que recuerdas ver en uso el colmenar con las colmenas en su interior.
El Curmeneiru o el Colmenar de Barrio de Rábano de Sanabria
Este Curmeneiru actualmente se emplaza en una zona boscosa sombría y cerrada con multitud de robles, y que seguramente que en su etapa de funcionamiento no existían, ya que las colmenas necesitan calor procedente del sol.
Se accede al curmeneiru por estrechos caminos (se pierden por momentos al estar abandonados) aproximadamente a 2 kilómetro de Barrio de Rábano aguas arriba del arroyo Veciella que proveía del agua necesario para el trabajo con las colmenas.
Hay que recordar que el agua es un componente fundamental en la dieta de las abejas para su metabolismo, dilución de miel y para el acondicionamiento de aire de la colmena. Normalmente las abejas no guardan agua y la recolectan siempre que la necesitan. Las sales minerales, necesarias en la dieta de abejas provienen de la miel y el polen.
Este curmeneiru es de tamaño medio y planta ovalada/circular y lo más destacado es su foso con un doble muro que se observa en las siguientes fotos.
El Colmear de San Ciprián de Hermisende
Como curiosidad, este colmear situado a 1 kilómetro de San Ciprián de Hermisende, es de planta rectangular de construcción temprana (mitad del siglo XX). Esto indica que hasta hace poco existían osos en esta zona de Sanabria como manifiestan algunos autores.
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