lunes, 14 de diciembre de 2015

Estudian en Sanabria la incidencia del cambio climático en sedimentos de hasta 25.000 años



Antonio Martín/DICYT Los sedimentos que se depositan en el fondo de los lagos de la Península Ibérica han proporcionado una información muy valiosa a un grupo de geólogos y biólogos del Instituto Pirenaico de Ecología, centro propio del CSIC con sede en Zaragoza. Los investigadores han analizado estos materiales en siete masas de agua dulce de la Península Ibérica para conocer la incidencia del cambio climático producido desde el último máximo glaciar en las zonas húmedas. Entre los lagos que han sido objeto de estudio se encuentra el lago de Sanabria, cuyos fondos proporcionaron informaciones muy antiguas, con sedimentos datados en 25.000 años.

La investigación, que formó parte de un macroproyecto denominado Calibre, se llamó Limnocal. Los expertos analizaron los lagos de Enol (Asturias), Arreo (Álava), Montcortès (Lérida), Estaña (Huesca), Zoñar (Córdoba), Taravilla (Guadalajara) y Sanabria (Zamora). El proyecto de investigación, que contaba con la financiación de la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (Cicyt) y, en Castilla y León, de la Fundación del Patrimonio Natural, pretendía calibrar "los registros y secuencias lacustres y las series meteorológicas utilizando información procedente de los sedimentos y comparando estos datos con otros actuales", explicó a DiCYT su coordinador, Blas Valero.

En líneas generales, el trabajo mostró que la península Ibérica no ha seguido el mismo ritmo de cambios climáticos que el resto de Europa desde el último máximo glaciar, datado hace aproximadamente 20.000 años. Quizá debido a su latitud meridional, los cambios en este rincón del continente supusieron "mayor variabilidad térmica y más cambios en el régimen de precipitaciones", indicó Valero. Los lagos, especialmente aquellos de origen glaciar como Enol o Sanabria, han sido testigos de estos cambios y una registrado, en sus capas de sedimentos, las sucesivas variaciones en el clima. Los investigadores del CSIC han tratado de desvelar estas modificaciones.

Toda la noticia aquí: http://www.dicyt.com/noticias/estudian-en-sanabria-la-incidencia-del-cambio-climatico-en-sedimentos-de-hasta-25-000-anos

martes, 3 de noviembre de 2015

Valle del Tera, el mejor ejemplo de valle glaciar con rocas aborregadas


TFotografías de Daniel Boyano Sotillo

Lago de Sanabria y Laguna de Carros (Laguna de hombro sobre morrena lateral)

El lago glaciar de Sanabria se localiza a 1000 metros de altitud, al pie de Sierra Segundera (Montañas Galaico-Leonesas) en el valle del Tera. Es uno de los mayores lagos de España, el mayor de origen glaciar y el único de este tipo situado en la base de un conjunto montañoso. Representa la zona de máximo avance del hielo ocupando la depresión proglaciar de los glaciares Tera, Cárdena y Segundera.
La artesa lacustre se origina por sobre excavación glaciar, principalmente, en las granodioritas de Ribadelago y, solo un pequeño sector, sobre el gneis Ollo de Sapo. Tiene forma alongada en el sentido del flujo del hielo (W-E). La batimetría detallada de la cuenca muestra la presencia de dos cubetas, la oeste por donde entra el Tera (51 m de profundidad) y la este, de salida del Tera (46 m metros de profundidad) (Vega et alt. 2005). Estas depresiones se relacionan con centros de máxima presión del hielo y el umbral topográfico que las separa indicaría una fase de estabilización del frente glaciar en la cuenca occidental. La longitud máxima es de 3178 m y la superficie de 3.187.000 m2.
Las orillas norte y sur son escarpadas, en consonancia con el modelo glaciar, mientras que los bordes oeste y este tienen pendientes más moderadas. El lado occidental presenta una zona colmatada por sedimentos fluvioglaciares dividida en dos sectores separados por el relieve residual del Peñón de Castro. El sector mayor (~ 80 ha), se formó con los aportes de las lenguas glaciares; el menor (~ 13 ha), está asociado al arroyo de Sorribas, que canaliza la escorrentía desde el altiplano a través de la morrena norte. Entre esta zona y la salida del cañón del Tera, se encuentra disperso till de la morrena de fondo y material torrencial con grandes bloques erráticos.
El borde oriental está cerrado por un conjunto de 9 arcos morrénicos a través de los cuales el Tera sale del lago. Estos depósitos distales presentan diferente grado de conservación según antigüedad y los espacios intermorrénicos han recibido sedimentos fluvio-glaciares. El número de arcos y crestas menores, permite identificar 10 episodios de retroceso y estabilización del frente glaciar (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b).
Las morrenas laterales se sitúan a unos 400 metros sobre la orilla norte del lago y a unos 100 metros, sobre la orilla sur. Entre la morrena septentrional y la vertiente se han desarrollado varios depósitos de obturación marginal o terrazas de “kame” (el de San Martín de Castañeda tiene gran impronta paisajística). Están asociados a pequeñas lagunas de fusión glaciar que se fueron colmatando con sedimentos glaciares, lacustres y torrenciales (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b). La erosión local de la morrena norte en la zona de los depósitos de obturación de San Martín de Castañeda y del arroyo Sorribas, genera sendos depósitos gravitacionales en la vertiente al lago. Esta morrena converge con las del glaciar de la Forcadura, que forman los cuatro arcos morrénicos más exteriores del cierre el lago.
Como edad inicial del rasgo se puede considerar la edad mínima de la deglaciación, calculada con sondeo basal en los sedimentos del lago, en 26 ka BP.

Circos glaciares de Peña Trevinca y nacimiento del valle glaciar del Tera



Fotografías de Daniel Boyano Sotillo

Valle glaciar del Carambilla con forma de U y morrenas laterales


El Cañón de Carambiella, dentro del pueblo sanabrés de San Ciprián, representa uno de los mejores ejemplos de cañones glaciarizados de Sanabria, y por otro lado, uno de los más desconocidos.



Picu la Moza


Este valle tiene una forma en “U” o artesa casi perfecta, característica de cañones glaciarizados  y además se pueden observar claramente sus morrenas laterales y frontal, además de otras formas glaciares menores cono bloques erráticos.
La cabecera del valle aparece coronada por el Picu de la Moza. Asimismo existen valles afluentes con geomorfología fluvial y forma de cañón por la Barrosa.


Dentro de este valle, en la actualidad aparecen saltos de agua de gran belleza (Pingones) y especies de flora y fauna que ya solo se pueden encontrar en rincones tan aislados de nuestra comarca. Todo ello acompañado de un importante patrimonio cultural con prados, muros y construcciones menores.


Pingones de augua del Carambiella




Fotografías de Daniel Boyano Sotillo