miércoles, 4 de noviembre de 2020
Control de la calidad del agua de la cuenca del río Tera 2020
lunes, 19 de octubre de 2020
viernes, 2 de octubre de 2020
LA DAMA DE BLANCO
Era la hora de levantarse para ir a la escuela. En la cocina ya crepitaba el fuego recién encendido con leña de roble, pero costaba abandonar el lecho caliente. Por las rendijas de la madera se colaba silbando una ráfaga de viento helado, y un resplandor blanco muy familiar que venía de la calle iluminaba tenuamente el interior. Había nevado. Una de aquellas nevadas perfectas que cubrían todo, que borraban los caminos, que impedían las tareas, que tapaban las cimas de los arbustos que comían los animales en estos meses duros pero que alegraban a los niños porque la nieve era bella, divertida, y anunciaba días de juego en la calle y de fuegos especialmente abrazadores en el bendito hogar.
Esos días, la abuelica se asomaba a la puerta,
miraba a la sierra y murmuraba: ¡Oy Jesús,
qué frieu fa! y
retornaba rauda al corredor, contemplaba
el manto albo de la vea de La Retuerta y entraba en la cocina, buscando
el amparo de aquella lumbre acogedora y
confortable. El padre que en esos días estaba en casa, porque las obras se
paraban por el frío y la imposibilidad
de tránsito en la sierra, buscaba la pala más grande y se disponía a abrir
camino para que la vida comenzara a bullir también fuera. A mí me entusiasmaba
recorrer aquel risco que él abría en medio de una trinchera de nieve que solo
me permitía ver el cielo y seguir por el carrilito hasta San Juan, donde los
vecinos madrugadores y el ganado ya habían transitado y roto el encanto.
A mi padre, productor de Moncabril en
las Presas de Vega de Conde y Vega de Tera, le oí por primera vez aquel nombre
que me resultaba nuevo en el riquísimo elenco de nuestra toponimia: Peña
Trevinca. En estos días de enormes nevadas, que podían alcanzar en el pueblo
medio metro, y a veces bastante más, él
se acordaba de la montaña más alta que los observaba tranquila, inalterable
desde la cumbre del cercano Moncalvo. ¡Cómo estará hoy Peña Trevinca! – decía.
Después lo oí cada vez con más frecuencia, y siempre asociado al frío, a la
nieve, al viento que entraba por Portillo Puertas y agarrado al Tera por La Cueva
abajo, llegaba al pueblo y “helaba las piedras”. Yo no la conocía .
Desde el pueblo no se ve y entonces lo que no se veía desde el pueblo estaba
demasiado lejos. Me intrigaba esa montaña mítica de la que los mayores hablaban
con cierta admiración, respeto y un poquito de misterio. Se popularizó bastante
con las obras, se acercó.
Un día en pleno verano, siendo aún muy niña
acompañé a un familiar a la sierra y pude atisbarla por primera vez, era agosto
y estaba nevada. No parecía tan alta porque estaba lejos de Piachunta, centro
de la serranía de nuestra demarcación. Entonces pensé que algún día iría hasta
allí y podría conocerla bien. Quedó ahí en el reservorio de mis asuntos
pendientes y de mis promesas.
Poco a poco
fui averigüando más datos de su historial y aprendiendo algo más de ella. Datos
que los mayores iban desgranando cuando hablaban de su estampa como de una dama inalcanzable. Era la montaña más alta de toda la sierra,
más que el pico de Moncalvo, tenía más
de dos mil metros de altitud. En ella se juntaban y se separaban las tres
provincias Zamora, León y Orense. Cerca, muy cerca de su ladera Este, nace
nuestro río más importante y más grande, El Tera. Durante los años en que se
construyeron las presas, algunos de los
técnicos, entre ellos el mismo Gabriel Barceló, utilizó sus condiciones muy
favorables como pista de eskí y allí practicaba este deporte los domingos
acompañado de su mujer y de Manolo, joven empleado, servicial y servidor, que
subía los esquís hasta la altura deseada y los bajaba al final. El coche
entraba hasta Vega de Conde, desde allí el camino se hacía andando.
Cuando ocurre
la Tragedia en el año 59, Peña Trevinca había ganado en admiradores, había
acompañado a los obreros en su trabajo y la sentían muy cercana y por ellos,
también nosotros.
La primera vez
que la ví más cerca, coincidió con uno de los momentos más emotivos que viví en
los años siguientes a la tragedia. Cuatro años después subí con dos amigas a
ver la presa rota, aquel muro que nos había roto también a nosotros, y me
pareció, sentí, que la naturaleza toda, representada por aquellas montañas
cercanas, Prao caballo, El cabezo, Moncalvo, Trevinca… los valles del Tera, y el propio río,
lloraban conmigo. A partir de entonces cuando he subido a la presa rota, busco
enseguida su esbelta figura pero sobre todo la siento como parte muy íntima de
nuestros recuerdos y cuando pienso en Vega de Tera, que es casi constante en
nuestras vidas, ella está ahí siempre nevada en el paisaje más entrañable, y
más trágico.
Por fin hace ya más de veinte años un grupo de personas de la familia decidimos subir hasta su palacio de nieve
para visitarla. Queríamos llegar hasta la misma cima y mirarla cara a cara y
contemplar desde allí el impresionante paisaje que siempre me habían dicho que
se extendía a sus pies en todas las direcciones. Me invadía la emoción . Todo
lo referente a esa zona es para nosotros tan profundo que nos altera mucho, nos
perturba y nos estremece. Salimos temprano. Fue la primera vez que subía por
San Martín y la laguna de los peces. La estampa de Vega de Tera allá abajo en
el mismo comienzo de la garganta del río me estremeció profundamente una vez más.
Rehuí contemplarla. En Vega de Conde recordé intensamente a mi padre que tanto
había trabajado allí, tan cerca de la dama. Con fríos, con calor, con tantos
anhelos que cumplir, con tantas esperanzas que se frustraron, con tantos
sacrificios nunca reconocidos.
En su valle florido junto al Tera pequeñito
todavía, hicimos un descanso y tomamos un refrigerio para reponer las fuerzas
necesarias en el esfuerzo de la subida.
Pero ya no seguimos todos. Allí, como en un campamento base, se quedó Lurdes
esperándonos y guardando cuanto no fuera
necesario para el tramo final. El grupo era bastante desigual en la tarea de
subir montañas y cada uno llevó su ritmo. Algunos otros se quedaron poco
después de comenzar la ladera. Yo tenía muy claro que iba a cumplir mi promesa,
y mi sueño : iba a llegar arriba. Los chicos, que eran jóvenes nos dejaron a todos pronto atrás pero los
pude seguir de cerca. Desde arriba nos animaban y se reían un poco de nuestra
lentitud. ¡Aquí os esperamos!– gritó Rubén.
Y desaparecieron hacia el centro de la meseta. Habían pasado unos
minutos, yo estaba ya muy cerca cuando reaparecieron los tres en la orilla y comenzaron a descender. Quedé parada, ¡no me esperaban! ¿Cómo iba a subir
yo sola? Le pedí que esperaran un
ratito hasta que yo llegara, pero
ellos comenzaron su descenso. Parece que
había nubes negras en el horizonte y en la sierra los tormentas son
repentinas. Pero además había otro
motivo o ellos lo utilizaron como tal. A medida que se iban acercando, vi
que miraban para atrás y se paraban un
poco, incluso les oí decir varias
veces ¡pobrecitos! Por fin pude ver entre los brezos y carpazos
que algo de color marrón oscuro se
movía. Traían algún animal. Quedé en
silencio y muy intrigada, y tardé en identificarlo. ¿Tienes pan o algo de comer
aquí? – me preguntaron. En ese momento
pude ver al primero de los dos, parecían perritos pero estaban tan delgados que
no se podía saber con certeza si lo eran.
Todos los huesecillos de su cuerpo parecían transparentarse a través de su fina
piel. Saqué de la pequeña fardela unas
galletas y sin decir nada se las iba a dar a aquellos seres que se tenían de
pie a duras penas, pero Luis me advirtió ¡no! todas no, hay que ir dándole algo
muy poco a poco, deben llevar mucho tiempo sin comer, se pueden
atragantar. Hay que darle más agua, la
que llevábamos ya la han bebido.
Los animales
desvalidos me ayudaron a olvidar mi pequeña frustración por haberme quedado a
pocos metros de mi meta como Moisés y La tierra prometida. Todos volvimos al punto en que nos esperaba Lurdes. Por el
camino los perritos se habían comido poco a poco las galletas, con ansia con
brusquedad. En el río bebieron agua que le pusimos en una latita, no se
cansaban de beber. Se notaba que su
carita, tan triste y apagada, había recuperado ya algún signo de vida. Después
de descansar un poco y haber bebido todo lo que quiesieron le dimos algo de
comer y su mirada de agradecimiento nos emocionaba. Emprendimos la vuelta a
casa. En la presa de Vega de Conde no eran capaces de subir un pequño escalón y
sin esperar a que les ayudáramos, se echaron al agua por miedo a que nos
fuéramos sin ellos. Pero no tenían fuerza, para nadar y Rubén tuvo que lanzarse
a ayudarlos a salir. En el camino hasta San Martín se caían de vez en cuando pero
se puede decir que estaban contentos, expresivos. Veníamos muy despacio, porque
estaban cansados.
Cuando
llegamos a la Laguna de los peces ya
estaban agotados. Comieron algo más y nos acercamos a una piedra grande
que hacía buena sombra y tenía una especie de pequeña cueva donde les indicamos
que se tumbaran. Quedaron dormidos al instante. En el camino ya habíamos hablado sobre el porvenir de los animalitos.
Ninguno de nosotros tenía entre sus planes el poseer una mascota, y menos aún
dos, pero no los podíamos abandonar después
de haberlos salvado. Rubén que era el más pequeño, un niño de 9 años, sí
se los quería quedar y trataba de convencer a su padre. Era un dilema. Mientras
ellos dormían nosotros seguimos discutiendo las opciones de dejarlos a buen recaudo.
No se despertaban y debíamos partir ya. Decidiríamos sobre la marcha. Aún esperamos un poco. Por
allí había mucha gente visitando la laguna y disfrutando del día espléndido y
del aire de la sierra. Unos niños acompañados de su papá se acercaron al ver
allí cachorritos y nos preguntaron algo. El caso es que le contamos su corta
historia y el problema de conciencia que teníamos ahora.
Uno de los
niños en seguida dijo: ¡Papá nos los quedamos nosotros.! No estaba el padre muy
de acuerdo pero los niños insistieron. Él se ausentó un momento y enseguida
volvió acompañado de su mujer. Después de contemplarlos un ratito nos miró
sonriente luego miró a sus hijos y espetó:
Si estos señores nos dejan, nos los llevamos. Los niños se volvían locos
de contento y nosotros, que habíamos encontrado la solución sentimos alivio y
pena al mismo tiempo. Rubén lloraba y yo
estaba a punto ¿Cómo se puede coger
tanto cariño en tan poco tiempo? Nos
despedimos agradeciendo la acogida y después de mirar con ternura una vez más a
los perritos que seguían durmiendo continuamos en coche la vuelta a casa, todos
callados todos tristes, pero pronto reaccionamos y dimos gracias por haberlos
salvado y por la seguridad de dejarlos
con una familia que los cuidaría muy bien porque los niños los iban a querer
muchísimo.
Desde entonces
recuerdo Peña Trevinca con la imagen de estos dos animales
abandonados en su regazo, que casualmente se salvaron gracias a nuestra visita
ese día. Ellos no
hubieran resistido mucho más.
Hoy La
Dama ya no viste siempre de blanco.
Nieva poco y únicamente en invierno.
Solo en su ladera norte mantiene algunos neveros a veces hasta entrar la
primavera, pero sigue siendo hermosa. Tiene demasiadas visitas. No creo que a
ella le guste. Ojalá todos se den cuenta
de que las cosas hermosas y bellas lo son por permanecer intangibles. Si se las
manosea pierden su belleza y su
misterio. Por ello no sé si volveré a intentar subir, pero mi deseo mayor es su permanencia distante
porque sería su seguro de vida.
Para mí, la
presa rota que tanto ocupa mi mente sigue unida a ella, al valle y a todo el
paisaje que hay a sus pies. Me siento integrada en esa naturaleza en la que nacimos y que forma parte íntima
de nuestro ser y estar en el mundo.
María Jesús Otero Puente.
Noviembre de 2020
jueves, 1 de octubre de 2020
viernes, 25 de septiembre de 2020
3º Concurso de Ramo Senabrés Leonés
Cryosanabria organiza este 3º Concurso de Ramo Senabrés Leonés en el cual se invita a la realización y exposición de dicho ramo durante el solsticio y navidad 2020-2021.
El ramo leonés-sanabrés de Navidad es un ornamento recuperado en los últimos años en las fiestas navideñas, siendo su presencia más constatable «en los límites del Reino de León en el que nos encontramos en Sanabria».
En Sanabria se perdió esta tradición hace 90-100 años sustituido por el pino de navidad, por lo que pocas personas que continúan con vida pueden recordarlo y gracias a entrevistas realizadas hace 18 años hemos logrado recuperarlo desde Cryosanabria.
El ramo consiste en un armazón de madera de forma triangular, semicircular o cuadrada, en el que se sitúan 12 velas simbolizando los meses del año. Del mismo cuelgan diferentes ofrendas, tales como lazos, hojas, hilos de lana, puntillas, bordados, rosquillas y frutas. Este armazón se apoya en una vara de madera colocada verticalmente sobre una peana que le sirve de soporte. Al pie del ramo se suele situar de nuevo una cesta con ofrendas, comúnmente castañas, bellotas y nueces.
Con la despoblación del campo sanabrés acaecida durante el siglo XX, esta tradición estuvo a punto de perderse por el empuje de otras importadas, como el pino de navidad, y por ser identificado el ramo como algo rural y por tanto desdeñable. Actualmente vive un nuevo renacer en Sanabria gracias a la asociación Cryosanabria.
martes, 5 de mayo de 2020
Trevinca despidiéndose del verano 2020
viernes, 1 de mayo de 2020
Diferencia entre merenderas y azafrán silvestre
Certamen Relatos de lobos 2020
Bases de participación
1‐ Podrá participar cualquier persona, libre y gratuitamente.
2‐Cada concursante podrá presentar un máximo de dos relatos vivenciales o cuentos.
3‐Cada relato tiene que tener como máximo 2000 caracteres.
4‐Los relatos se entregarán entre los días 15 de marzo y 10 de diciembre de 2020, por correo electrónico a la dirección danielboyanosotillo@gmail.com (poner en el asunto CERTAMEN LOBO). A cada relato se responderá explicando que ha sido incluida en el certamen, en caso de que no tengas respuesta vuelve a enviarla de nuevo.
A cada relato se le asignará un número para preservar la identidad del autor ante el jurado.
5‐ Cada relato irá acompañada de:
1)Título.
2)Nombre del autor o autora
3) Pseudónimo
4) Teléfono y correo electrónico de contacto
6‐Se excluirá cualquier relato que no cumpla los requisitos anteriores y que vaya contra la conservación del lobo y su coexistencia y/o convivencia con el ser humano. Además, no se aceptarán, para evitar molestias en el periodo más delicado de la fenología de esta especie, observaciones sobre lugares de reproducción.
El Jurado y los Premios
7‐ Presidido y formado por el Comité Técnico de Cryosanabria.
8‐ El jurado valorará, tanto la calidad técnica y artística de los relatos como su singularidad, originalidad y espectacularidad. Los relatos elegidos serán maquetados y publicados en el libro "Relatos de lobos" que será comercializado para mantener la Asociación Cryosanabria.
9‐ Habrá un primer premio, un segundo premio y un tercer premio. Además a cada participante se le entregará un detalle.
10‐El fallo del jurado será inapelable.
11‐El fallo y la fecha de entrega de premios se realizará en febrero de 2021.
Disposición Final
12‐De conformidad con lo previsto en la Ley de Propiedad Intelectual, los participantes premiados, sin perjuicio de los derechos morales que les corresponden, ceden expresamente a la Asociación Cryosanabria ,de forma gratuita y con la facultad de cesión a terceros, los derechos patrimoniales de los textos y fotografías presentadas en el concurso. Esta cesión será de la máxima duración de los derechos legalmente establecida.
martes, 21 de abril de 2020
Antropoceno en Sanabria
6 de mayo de 2020
El Antropoceno, la "Edad de los Humanos" es una nueva época geológica propuesta por parte de la comunidad científica para suceder o remplazar al denominado Holoceno, la época actual del período Cuaternario en la historia terrestre, debido al espectacular impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas done podríamos destacar las que aparecen en la siguiente tabla del libro¿Qué sabemos de? El Antropoceno de Valentí Rull :
lunes, 20 de abril de 2020
sábado, 11 de abril de 2020
Servicios Ecosistémicos de los bosques tropicales de montaña del Sudeste Asiático
Los servicios ecosistémicos del bosque tropical de montaña del Sudeste Asiático hacen posible la vida humana, por ejemplo, al proporcionar alimentos nutritivos y agua limpia; al regular las enfermedades y el clima; al apoyar la polinización de los cultivos y la formación de suelos, y al ofrecer beneficios recreativos, culturales y espirituales. Si bien se estima que estos bienes tienen un valor de 125 billones de Euros a nivel mundial, no reciben la atención adecuada en las políticas y las normativas económicas, lo que significa que no se invierte lo suficiente en su protección y ordenación ya que los gobernantes suelen vivir en ciudades lejanas a los espacios naturales donde se producen dichos servicios y desconocen su realidad.
sábado, 4 de abril de 2020
sábado, 14 de marzo de 2020
El esgrafiado de Sanabria
Esgrafiado es una técnica ornamental arquitectónica utilizada para la decoración en el enlucido y revestimiento de muros, tanto en el exterior como en el interior de edificios. El término, de origen italiano (sgraffiare), se aplica tanto a la acción artesana como al producto resultante. En materia de albañilería, puede considerarse como una variedad o tipo de grabado realizado sobre una superficie estofada, a partir de dos capas o colores superpuestos que permiten revelar formas o dibujos al retirar o rallar la capa exterior. En los revestimientos de fachadas y decoración de algunos interiores suelen utilizarse plantillas con motivos geométricos seriados. En la península ibérica, este oficio, de algún modo heredero del arte decorativo parietal, tuvo su origen en el trabajo artesano de los alarifes mudéjares.
El esgrafiado, además de su aplicación arquitectónica, se ha documentado en restos arqueológicos de distinta antigüedad en su aplicación sobre objetos de cerámica y, en la Edad Media, sobre manuscritos en las ilustraciones en oro.
viernes, 25 de octubre de 2019
viernes, 27 de septiembre de 2019
Documental "Conviviendo con lobos"
Este video de Daniel Boyano Sotillo, de 25 minutos de duración, intenta profundizar en la convivencia histórica, ancestral y desde el punto de vista ambiental entre el ser humano y el lobo.
El documental se ha realizado recopilando los testimonios de las personas que han querido colaborar desinteresadamente. Hay que destacar que este video se ha hecho sin ninguna financiación institucional.
Quizás lo más relevante del video es que supone un inicio muy interesante para realizar debates o coloquios sobre la situación del lobo en la actualidad y la posible convivencia, ya que no deja de ser una herramienta de sensibilización ambiental.
Video complementario de Sanabria:
viernes, 20 de septiembre de 2019
Control de la calidad del agua de la cuenca del río Tera 2019
jueves, 19 de septiembre de 2019
CRYOSANABRIA señaliza la ruta del Cervantes Sanabrés
La actividad está enmarcada en un plan de trabajo más amplio de la Asociación Cryosanabria que trata de poner en valor el patrimonio natural y cultural de nuestras comarcas y, en este caso, de los itinerarios del Cervantes sanabrés (consultar http://cryosanabria.blogspot.com/). Asimismo la Asociación Cryosanabria ya realizó actividades para poner en valor el Cervantes sanabrés con gran éxito en sus metas y una gran aceptación y reconocimiento local.
A mediados del mes de mayo de 2012 desde la asociación Cryosanabrua se plantearon la necesidad de estructurar una estrategia que reflejase de manera coherente las numerosas actividades de educación cultural y ambiental que desarrollan a lo largo del año.
En esta ocasión, en base a la Ruta del Quijote en Sanabria se integran los objetivos culturales y ambientales con un formato que, desde un ambiente lúdico y saludable y con una base de 'neutralidad', permite poner en valor el Cervantes Sanabrés y el entorno natural de Sanabria entre las personas locales y turistas.
El formato del presente proyecto permite una mejora y un fortalecimiento del actual Cervantes en Sanabria mediante la elaboración de senderos autoguiados entre los carteles informativos ya instalados. Este proyecto es, por tanto, de senderismo y cultural para poder reconocer los valores naturales y culturales de Sanabria, ayudados de los carteles ya instalados del Cervantes Sanabrés.
En última instancia el itinerario señalizado permitirá trabajar por la conservación de los recursos de los espacios naturales protegidos de nuestra comarca, y de otras zonas de interés, desde una actitud abierta y positiva. Desde Cryosanabria se muestran convencidos de que sólo se cuida lo que se conoce, lo que a la postre, se termina valorando. De esta forma, el proyecto de señalización de los senderos del Cervantes Sanabrés - Zamorano está concebido en la confluencia de diferentes ejes: el patrimonio natural, el patrimonio cultural, la conservación, la proyección social, la educación, y la propuesta de una alternativa de ocio como actividad lúdica y saludable.
Por último, dentro del proyecto también más de 50 niñas y niños que residen en Sanabria realizarán un mural donde se destaque los aspectos más relevantes del Cervantes Sanabrés y realizarán una maqueta donde se vean los itinerarios del Cervantes Sanabrés.
CARACTERIZACIÓN DE LOS PRINCIPALES TRADE OFFS ESPACIALES, TEMPORALES E INTERPERSONALES EN EL ÁRTICO ESCANDINAVO
miércoles, 18 de septiembre de 2019
No lugares rurales
Para Augé los no lugares —aeropuertos, hipermercados en extrarradios, outlets gigantescos… y ahora el geógrafo Daniel Boyano Sotillo añade determinadas zonas rurales musealizadas—, las relaciones interpersonales, cruciales para nuestra identidad individual y colectiva, son nulas.
Estamos en el mundo con referencias que son totalmente artificiales en muchos pueblos, incluso en nuestra casa, el espacio más personal posible: sentados ante la tele, mirando a la vez el móvil, la tableta, con los auriculares… Estamos en un no lugar permanente; esos aparatos nos están colocando permanentemente en un no lugar. Llevamos el no lugar encima, con nosotros.
Muchos pueblos se están convirtiendo en No lugares o teatros donde no hay vida local y donde siempre se desarrolla la misma función: la "turistización" donde la despoblación de barrios turísticos rurales es patente conviertiéndose viviendas en alojamientos de turismo rural, las relaciones vecinales han desaparecido e incluso aparecen nuevos conflictos entre turistas y los escasos vecinos que quedan, sustitución de plazas públicas donde conversar por terrazas privadas, cambio de conversaciones de vecinos por ruido de bares, conversión de sus zonas monumentales en parques temáticos, expulsión de gran parte de los vecinos por el escandaloso aumento de los alquileres para la conversión de pisos y edificios enteros en apartamentos turísticos, rompimiento del tejido social, cierre de pequeños comercios al faltarles sus clientes, aparición de tiendas y bares franquicias que son enclaves foráneos sin apenas conexión con la tradición local, tiendas de recuerdos donde antes había una panedería, frutería, ferretería, zapatería....
Hay que recordar que el turismo rural es una actividad (que no industria) muy vulnerable y frágil, sujeta a muchos condicionamientos no controlables -por lo que es suicida convertirlo en eje de una economía-, sus beneficios se van en gran parte fuera y la gran mayoría de los empleos que genera ni son cualificados, ni son permanentes, ni están bien remunerados sino todo lo contrario. Y crea una cultura de la subalternidad que nos enajena de los mejores valores de nuestra cultura. Porque supone vivir en función de otros y no de nosotros.
Un futuro esperanzador para las jóvenes y futuras generaciones y la defensa de nuestro patrimonio, material e inmaterial, es incompatible con la turistización y los No lugares rurales. Por eso, cada vez más gente se posiciona contra esta; lo que no equivale -como dicen algunos- a turismofobia. No se trata de oponerse al turismo como una fuente económica más, incluso importante, pero siempre que sea eso: una fuente entre otras y no un casi monocultivo económico al que todo lo demás deba subordinarse y que arrase con nuestras formas de vida y nuestros valores culturales.