El lago glaciar de Sanabria se localiza a 1000 metros de altitud, al pie de Sierra Segundera (Montañas Galaico-Leonesas) en el valle del Tera. Es uno de los mayores lagos de España, el mayor de origen glaciar y el único de este tipo situado en la base de un conjunto montañoso. Representa la zona de máximo avance del hielo ocupando la depresión proglaciar de los glaciares Tera, Cárdena y Segundera.
La artesa lacustre se origina por sobre excavación glaciar, principalmente, en las granodioritas de Ribadelago y, solo un pequeño sector, sobre el gneis Ollo de Sapo. Tiene forma alongada en el sentido del flujo del hielo (W-E). La batimetría detallada de la cuenca muestra la presencia de dos cubetas, la oeste por donde entra el Tera (51 m de profundidad) y la este, de salida del Tera (46 m metros de profundidad) (Vega et alt. 2005). Estas depresiones se relacionan con centros de máxima presión del hielo y el umbral topográfico que las separa indicaría una fase de estabilización del frente glaciar en la cuenca occidental. La longitud máxima es de 3178 m y la superficie de 3.187.000 m2.
Las orillas norte y sur son escarpadas, en consonancia con el modelo glaciar, mientras que los bordes oeste y este tienen pendientes más moderadas. El lado occidental presenta una zona colmatada por sedimentos fluvioglaciares dividida en dos sectores separados por el relieve residual del Peñón de Castro. El sector mayor (~ 80 ha), se formó con los aportes de las lenguas glaciares; el menor (~ 13 ha), está asociado al arroyo de Sorribas, que canaliza la escorrentía desde el altiplano a través de la morrena norte. Entre esta zona y la salida del cañón del Tera, se encuentra disperso till de la morrena de fondo y material torrencial con grandes bloques erráticos.
El borde oriental está cerrado por un conjunto de 9 arcos morrénicos a través de los cuales el Tera sale del lago. Estos depósitos distales presentan diferente grado de conservación según antigüedad y los espacios intermorrénicos han recibido sedimentos fluvio-glaciares. El número de arcos y crestas menores, permite identificar 10 episodios de retroceso y estabilización del frente glaciar (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b).
Las morrenas laterales se sitúan a unos 400 metros sobre la orilla norte del lago y a unos 100 metros, sobre la orilla sur. Entre la morrena septentrional y la vertiente se han desarrollado varios depósitos de obturación marginal o terrazas de “kame” (el de San Martín de Castañeda tiene gran impronta paisajística). Están asociados a pequeñas lagunas de fusión glaciar que se fueron colmatando con sedimentos glaciares, lacustres y torrenciales (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b). La erosión local de la morrena norte en la zona de los depósitos de obturación de San Martín de Castañeda y del arroyo Sorribas, genera sendos depósitos gravitacionales en la vertiente al lago. Esta morrena converge con las del glaciar de la Forcadura, que forman los cuatro arcos morrénicos más exteriores del cierre el lago.
Como edad inicial del rasgo se puede considerar la edad mínima de la deglaciación, calculada con sondeo basal en los sedimentos del lago, en 26 ka BP.
La artesa lacustre se origina por sobre excavación glaciar, principalmente, en las granodioritas de Ribadelago y, solo un pequeño sector, sobre el gneis Ollo de Sapo. Tiene forma alongada en el sentido del flujo del hielo (W-E). La batimetría detallada de la cuenca muestra la presencia de dos cubetas, la oeste por donde entra el Tera (51 m de profundidad) y la este, de salida del Tera (46 m metros de profundidad) (Vega et alt. 2005). Estas depresiones se relacionan con centros de máxima presión del hielo y el umbral topográfico que las separa indicaría una fase de estabilización del frente glaciar en la cuenca occidental. La longitud máxima es de 3178 m y la superficie de 3.187.000 m2.
Las orillas norte y sur son escarpadas, en consonancia con el modelo glaciar, mientras que los bordes oeste y este tienen pendientes más moderadas. El lado occidental presenta una zona colmatada por sedimentos fluvioglaciares dividida en dos sectores separados por el relieve residual del Peñón de Castro. El sector mayor (~ 80 ha), se formó con los aportes de las lenguas glaciares; el menor (~ 13 ha), está asociado al arroyo de Sorribas, que canaliza la escorrentía desde el altiplano a través de la morrena norte. Entre esta zona y la salida del cañón del Tera, se encuentra disperso till de la morrena de fondo y material torrencial con grandes bloques erráticos.
El borde oriental está cerrado por un conjunto de 9 arcos morrénicos a través de los cuales el Tera sale del lago. Estos depósitos distales presentan diferente grado de conservación según antigüedad y los espacios intermorrénicos han recibido sedimentos fluvio-glaciares. El número de arcos y crestas menores, permite identificar 10 episodios de retroceso y estabilización del frente glaciar (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b).
Las morrenas laterales se sitúan a unos 400 metros sobre la orilla norte del lago y a unos 100 metros, sobre la orilla sur. Entre la morrena septentrional y la vertiente se han desarrollado varios depósitos de obturación marginal o terrazas de “kame” (el de San Martín de Castañeda tiene gran impronta paisajística). Están asociados a pequeñas lagunas de fusión glaciar que se fueron colmatando con sedimentos glaciares, lacustres y torrenciales (Rodríguez-Rodríguez et alt., 2011 b). La erosión local de la morrena norte en la zona de los depósitos de obturación de San Martín de Castañeda y del arroyo Sorribas, genera sendos depósitos gravitacionales en la vertiente al lago. Esta morrena converge con las del glaciar de la Forcadura, que forman los cuatro arcos morrénicos más exteriores del cierre el lago.
Como edad inicial del rasgo se puede considerar la edad mínima de la deglaciación, calculada con sondeo basal en los sedimentos del lago, en 26 ka BP.
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